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Taberna La Candela by Javier García Peña

Salir de tapas o pinchos por Valladolid es una de las cosas que más me gustan cuando voy a la ciudad que me vio nacer. Además de tener una maravillosa ciudad con una oferta cultural y monumental estupenda, la oferta gastronómica tampoco cojea. Más bien todo lo contrario, cada día se superan más en la ciudad. Y prueba de ello es una de las últimas aperturas que recientemente ha engrosado muy positivamente la oferta gastronómica de Valladolid.

Hablamos de la Taberna La Candela, del Chef Javier García Peña (que además cuenta con el Restaurante Sibaritas Klub en la última planta del Museo de la Ciencia). Una propuesta variada de tapas, raciones… una tradición refrescada con un toque muy personal. Platos de toda la vida reinventados, creativos y muy originales. Una carta genial para compartir de principio a fin.

Estos son los platos que probamos:

Ensaladilla, mejillones en escabeche y aguacate. Un entrante original, diferente concepto de ensaladilla. Ideal para compartir. Presentación chula.

Tigrinchis. Tigres con kimchi. Un clásico con toque de la casa. Sabor y cremosidad con ese punto de gracia extra que le da el kimchi.

Croquetas de lechazo. Espectaculares, saborazo a lechazo asado, cremosas, crujientes. Se nota el lechazo y están para comerse una ración entera. Es muy probable que os peguéis por ellas si las compartes con alguien (jeje). Un producto clásico de Valladolid como es el lechazo en un bocado irresistible.

Tartar de atún con hummus de remolacha. Un tartar fresco y bien aliñado. El humus de remolacha acompaña estupendamente y le da un toque de color y de sabor muy rico.

Carrillera de ternera estofada. Un guiso rico y contundente. La parmetier y los hongos le vienen de perlas. La carne se deshace en la boca, jugosa, tierna, llena de sabor… la salsa de toma pan y moja. Un «must» de la casa.

Hojaldre, crema de jengibre y manzanas del Bierzo. Un postre fresco, rico. La crema de jengibre muy buena. Los dados de manzana son un punto y dan frescor al postre junto con la menta. Un bocado delicioso para terminar una buena comida.

Ciega de Saldaña, café y helado de piñones. Las ciegas son unos dulces tradicionales en muchos pueblos de Castilla-León. Son ligeras, no empalagan y son un recurso estupendo para crear un postre. El café y el helado de piñones (muy también de nuestra tierra, tierra de pinares) son un acompañamiento ideal.

La verdad es que nos encantó. Después de ir con mi madre a Sibaritas Klub (experiencia que nunca os he contado porque realmente fui a disfrutar de una velada maravillosa con ella y me olvidé por completo, casi, de todo lo demás), la verdad que tenía mucha curiosidad por conocer esta nueva propuesta. Sólo puedo decir que Javier García Peña no sólo no decepciona, sino que sorprende lo versátil que puede ser su cocina. Se nota que tiene una base tradicional muy marcada y a partir de ésta da rienda suelta a su creatividad y crea nuevas propuesta, ideales para compartir y para disfrutones a los que nos encanta este mundo loco de la cocina y de la gastronomía.

El equipo de la Taberna La Candela son estupendos, gente maja que además te explica los diferentes platos con detalle y de forma muy cercana. La bodega está muy bien también, con una oferta también variada y vinos interesantes para probar y sorprenderte. En nuestro caso tomamos “Cucú cantaba la rana”. Un vino verdejo de 2016 de uvas procedentes de La Seca, joven, fresco y que va estupendamente para maridar con un aperitivo, pescados, platillos ligeros y hasta con el postre.

Volveremos pronto a visitar la Taberna La Candela con ganas de probar nuevos platos y compartir un momento estupendo en torno a una mesa, con una copa de vino y quién sabe si de nuevo, una celebración.

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