En 2007 CESAL (que nació en 1988 con la misión de promover el desarrollo humano de las personas más desfavorecidas del mundo) se compromete con la acción social en España. La Comunidad de Madrid le confía la gestión del CEPI Hispano-Dominicano con el objetivo de integrar a este colectivo tanto laboralmente como a nivel social. En un principio comenzaron trabajando con inmigrantes pero en estos momentos (y debido también a la situación de crisis que atraviesa el país desde hace unos años) también trabajan con españoles que se encuentran en situaciones difíciles.
Dentro de las personas a las que atienden tienen especial atención hacia los jóvenes, a quienes además de orientarles y formarles para desarrollarse profesionalmente y conseguir su inserción laboral, también les aportan todo lo necesario para crecer como personas en la vida e integrarse en la sociedad.
10:00 a.m.
El sol brilla en el cielo de Madrid pero no es lo único que brilla. Un grupo de jóvenes se apuran por llegar al catering que ofrecerán en unos momentos. Otros tantos, ultiman los preparativos para la primera «Clase de Corte” (en la nueva escuela) que tienen a continuación… sus ojos brillan como el sol que nos calienta.
Fernando Morán nos cuenta como además de ser una labor muy buena y un trabajo bonito, es un trabajo en el que en poco tiempo se ve evolucionar a los jóvenes muy positivamente (pues muchos atraviesan momentos difíciles, otros hace mucho tiempo que dejaron de estudiar, otros perdieron el rumbo en algún momento de su vida…). Especialmente con los cursos de formación de hostelería y restauración se están consiguiendo grandes éxitos y hasta el momento más de 80 jóvenes han encontrado un trabajo.
El primer curso de hostelería se impartió en un local del Barrio de Vallecas (Madrid) y como vieron que funcionaba y que los jóvenes ponían mucho interés, decidieron realizar un curso de camareros en colaboración con el Colegio Internacional J. H. Newman. El siguiente paso fue convertir esta formación en reglada haciendo el primer curso PCPI (Progrma de Cualificación Profesional Inicial), donde por primera vez los alumnos salían formados de forma oficial. También participa Chema de Isidro quien tiene una escuela de Cocina y forma parte del proyecto como profesor. Cuentan con el apoyo de renombrados cocineros de nuestro país, quienes están muy involucrados en el proyecto activa y directamente, y que además de colaborar y participar lo construyen también cada día dando oportunidad a los jóvenes de realizar prácticas en sus restaurantes (David Muñoz, Chef de Diverxo es el padrino del centro). Tienen el apoyo de diferentes instituciones, empresas y fundaciones que hacen posible impartir la formación.
Y es así como nace la Escuela de Hostelería CESAL, un lugar donde los jóvenes se puedan formar y ser responsables de un proyecto común.
El sentirse útiles para estos jóvenes es algo muy importante. Continúa contándonos Fernando Morán cómo un chico le decía: “Yo quiero servir. Servir para algo y servir a alguien en la vida”. Es maravilloso ver como los jóvenes se han implicado desde el día que les entregaron la obra en acondicionar tanto las instalaciones como el jardín exterior. Esto también hace que se sientan ligados al proyecto, además de formar parte del proyecto ayudan a construirlo. También es de ellos.
En este momento forman parte de la Escuela de Hostelería CESAL 17 alumnos de diferentes nacionalidades (todos ellos afirman que una de las mejores experiencias es conocer gente de otras culturas y sus costumbres) que, recalca Fernando Morán, nunca llegan tarde. Incluso, si llegan tarde algún día o no pueden asistir por cualquier razón, entregan su justificante. Algo que demuestra que se sienten interesados, que realmente han encontrado un camino en el que la palabra “oportunidad” cobra un sentido muy importante y la palabra “servir” se hace realidad, “servir para algo y servir a alguien en la vida”.
Chema de Isidro, cocinero, profesor, orientador… sin duda una persona muy importante en este proyecto. Desde que le propusieron participar en este proyecto dijo que sí. “Me remitía en cierto modo a mi adolescencia”, asegura. Chema nos cuenta como trabajar con los jóvenes es algo que te toca profundamente y que le llena y le hace feliz. “Intento que los chavales se enamoren de lo que me enamoré yo” dice refiriéndose a la Cocina.
Para Chema, es una satisfacción ver la progresión y la evolución de los jóvenes desde que llegan hasta que terminan el curso. “En la cocina, como digo yo que todo el mundo puede cocinar, se sienten capaces y ¡para arriba!”, añade. Es el cuarto curso que empiezan y todos los alumnos que empiezan lo acaban, lo que quiere decir que esto funciona y es una iniciativa y un proyecto que motiva sus vidas.
Tuve la oportunidad de conocer algunas de las experiencias de algunos de los alumnos de la escuela, alguno de ellos de familias españolas, que me explicaban como en poco tiempo habían experimentado un cambio radical y se sentían felices por tener esta oportunidad.
Ashraf Nafai, 20 años, de Marruecos, cuando llegó a España no sabía nuestro idioma y tras un tiempo en nuestro país sin rumbo, encontró el camino a seguir junto a otros compañeros de la Escuela de Hostelería CESAL y a todas las maravillosas personas que le acogieron.
A todos ellos, asegura, le está inmensamente agradecido y cree que con ganas e interés los jóvenes que se encuentran ahora perdidos tienen la posibilidad de cumplir sus objetivos. Ashraf manifiesta el agradecimiento y afecto que tiene por su maestro Chema de Isidro a quien le está inmensamente agradecido también y destaca que le ha dado la base para introducirse en el mundo de la cocina y le ha aportado crecer como persona. En estos momentos, Ashraf (Ayudante de Cocina en el Restaurante La Panela) enseña y ayuda a los jóvenes que se van introduciendo en el mundo de la cocina, lo cual le hace sentirse muy orgulloso y alegre. “Lo que me han dado, lo quiero dar a otros chicos para poder aprender y llegar a sus objetivos”, explica Ashraf.
Desde 2014, se pone en marcha una empresa social, sostenible, vinculada a la Escuela de Hostelería que generará un valor social múltiple (Centro de empleo para población en riesgo de exclusión social, especialmente jóvenes; Generación de ingresos que permitan atender las nuevas demandas de colectivos en riesgo de exclusión; Un impacto en la sociedad al mejorar las condiciones de vida de personas vulnerables).
Entre los servicios que ofrecen podemos destacar: cócteles y catering para grandes eventos, Coffee Breaks, desayunos de empresa, gestión diaria de comedores en empresas, menús diarios a domicilio, almuerzos y cenas privadas para grupos, menús degustación, cursos exprés en cocina especializada, cestas de regalo…
Antes de terminar me encantaría agradecer a Ignacio Santa Mª Pico, periodista de Servimedia, esta nueva oportunidad que me ha dado de conocer la Escuela de Hostelería CESAL y el proyecto que desarrollan con jóvenes adolescentes en riesgo de exclusión social. Sin duda un proyecto fascinante y positivo que cada día se construye sobre unos fuertes cimientos llenos de valores humanos. Mis agradecimientos también para Fernando Morán (Coordinador de la ONG CESAL), a Cali Hornos García (Directora del Departamento de Comunicación y Fundraising de CESAL), a José Fernández Crespo (Coordinador de Comunicación y Campañas), a Raúl Juménez (Director del CEPI), a Chema de Isidro, a los alumnos y alumnas por su accesibilidad… gracias a todos por vuestra amabilidad y disposición para poder realizar este post.
Muchísimas gracias, a vuestra disposición.