Hace unos días, hablando con mi buen amigo Víctor Esteban (Noticias Cuatro), cinéfilo y gran entusiasta del “Séptimo Arte”, le pedí consejo para un nuevo proyecto que tengo entre manos. Comentábamos películas relacionadas con la cocina y la gastronomía de diferentes lugares del mundo. Películas donde las artes culinarias eran el tema central o principal, en las que era un recurso muy interesante para reflejar costumbres sociales o familiares o en las que era un hilo conductor o un motivo para captar la atención del espectador aunque no tuviera nada que ver con lo que realmente se refiere a la cocina que todos conocemos.
Sin saber cómo, salió el nombre de “El silencio de los Corderos” (y secuelas) y, enseguida, me vino a la mente un restaurante al que hace unos meses tuve el placer de visitar y del que aún no había tenido la oportunidad de escribir, La Tasquería de Javi Estévez.
Seguramente os estéis preguntando qué demonios tiene que ver un restaurante, y en concreto éste, con un thriller policiaco de terror psicológico y, que si recordamos algunas de las escenas, aún se nos ponen los pelos de punta… Pues tiene que ver mucho. Algunos pensaréis que una comparación así es un sacrilegio, pero cuando terminéis de leer espero que veáis que no es nada negativo sino todo lo contrario, es algo muy positivo desde el punto de vista gastronómico.
Javi Estévez, fue concursante de la primera edición del famoso programa de televisión Top Chef de Antena 3, donde cocineros de toda España ponen a prueba sus habilidades y compiten por convertirse en el mejor cocinero de cada edición. Pero Javi Estévez tiene un recorrido muy largo junto a los fogones. Comenzó en la Escuela Superior de Hostelería de Galicia y se ha curtido desde sus inicios en verdaderos templos del buen comer hasta que decidió montar su propio restaurante.
Tuve el placer de conocerle personalmente en unas Jornadas Culinarias que coordiné en un centro comercial de Madrid y desde entonces he seguido muy de cerca su trabajo y su cocina. Una bellísima persona y un gran profesional.
Siempre pensé que las vísceras y los despojos internos eran algo poco apetecible. Más teniendo un padre que era Catedrático de Cirugía y Jefe de Servicio de Digestivo. Jamás entró en mi casa ni siquiera un filete de hígado… Otros platos como los callos, en cambio, nos encantaban y era el plato estrella de algunos fines de semana acompañados, eso sí, de patatas en cubitos que hacía mi madre… Pero lo que se refiere a vísceras y lo que pudiera recordar a las mismas no era bienvenido. Recuerdo que la coliflor tampoco le hacía nada de gracia a mi padre pues le recordaba a los sesos… a mi me encantaba con bechamel y gratinada al horno.
Es por esto que si estuviera aún con nosotros no se si sería capaz de llevarle a este restaurante pero estoy convencida que si no le dijera de qué se trataba lo que estaba comiendo le encantaría al igual que nos gustó a nosotros.
Para la ocasión probamos el menú degustación haciendo caso de las recomendaciones del chef y, aunque hace poco han cambiado la carta, os dejamos los platos del este menú que tanto nos gustó. Cada uno pedimos platos diferentes para probar de todos y fue una selección más que acertada.
Lengua de ternera curada con aceitunas aliñadas de Málaga.
Paté de perdiz, manzana y oloroso.
Lengua en escabeche con laminas de almendra.
Mole de carrillera de ternera.
Rabito de cerdo, anguila y queso ahumado.
Corazones de pato con salsa Cumberland.
Guiso de callos, pata y morro.
Degustación de quesos con membrillo y frutos secos.
Postre dulce.
He de decir que me quedé con ganas de probar la recomendación que nos hicieron unos amigos, los sesos. Si Hannibal Lecter fuera un personaje real y no un personaje de ficción seguro que también se habría quedado con ganas de probarlos después de catar unos platos tan deliciosos. Un gran descubrimiento. No tardaremos en acercarnos a probar su nueva carta y dejarnos sorprender de nuevo con sus suculentos platos. Una propuesta atrevida y muy bien desarrollada. #SomosCasqueros