Así de primeras el nombre ya invita, ¿verdad?. “Taller Clandestino” suena como… misterioso! Eso es. Y es que, el lugar en el que este misterioso taller se celebró, es ni más ni menos que el histórico Café Oliver, un local que abrió sus puertas en 1966 (en Madrid) y que con el paso de los años se ha ido adaptando a los tiempos y a lo que los clientes demandan. Dividido en dos ambientes diferenciados, la zona superior la ocupa el restaurante, un ambiente sobrio con decoración predominante en madera, donde también se pueden tomar copas en un ambiente más relajado con luz tenue. La zona subterránea, donde celebramos el taller, una antigua carbonera reconvertida en un espacio muy agradable, con espejos de cristal a media pared hacia abajo para hacerlo más espacioso, así como un estilo de música diferente más movido, aunque sin perder la esencia elegante del lugar.
Me adelanté un poco, y como me gusta ser puntual pues llegué la primera. Miguel Ángel Monroy (campeón de España al mejor Gin&Tonic, miembro de la Asociación de Barman y directivo de AMYCE) y sus compañeros ultimaban detalles.
En las mesas una pinza, una cucharilla de mango largo, un gusanillo y un plato rectangular con botánicos (albahaca, jengibre, enebro, piel de limón, frambuesas, piel de naranja y piel de limón en corte mas pequeño) colocados con pulcritud, nos daban una idea de lo que se iba a preparar allí. Gin&Tonic!!!
Pero antes de entrar en el tema práctico, nos dieron toda una clase de Historia de las bebidas alcohólicas y de la ginebra. Muy interesante.
Así, nos contaron como los primeros pueblos ya hacían uso de la destilación. Los egipcios practicaban la destilación de bebidas alcohólicas, los chinos destilaban aguardientes de arroz (lo que hoy conocemos como sake), los griegos…
Pero el origen en Europa está en la conquista de España en el año 711 d.C. por los árabes. Palabras como alcohol o alambique, son palabras que tienen su origen en la lengua árabe.
Nos ilustraron sobre los orígenes de la ginebra y cómo se ha convertido hoy en día en una bebida tan de moda.
La ginebra es un alcohol que se obtiene de la destilación de la cebada (pero no es tostado). La palabra ginebra deriva del término holandés “genever”, en inglés Gin.
En el s. XVII se comenzó a producir con fines medicinales. Su creador fue Franz De La Boe, profesor de la Universidad de Medicina de Leiden. Los soldados británicos difunden su consumo, pronto se populariza en Inglaterra y se extendió a países como la India (colonia británica en aquel momento), donde en el s.XVII surge una enfermedad terrible, la Malaria, que ataca seriamente a la población India y a los soldados británicos que se encontraban allí. En 1783, Jacob Schweppes, crea un remedio popular, la tónica. El agua tónica contenía quinina, elemento indispensable en el tratamiento de la Malaria. La ginebra en Inglaterra se popularizó, las familias y todo el que quería podía destilar este alcohol tan apreciado. Bajaron los impuestos para los productores nacionales y subieron los impuestos para productos alcohólicos de importación, favoreciendo así la proliferación de ventas ilegales del producto adulterado con agua (se dieron casos de intoxicaciones en la población). Más tarde volverían a subir los impuestos, haciendo que el número de productores fuera menor pero la calidad de la ginebra era superior.
El enebro es un arbusto de unos 3 o 4 metros de altura. Sus bayas, son apreciadas como condimento. El sabor de la ginebra se debe en parte a las bayas de enebro, aunque podríamos diferenciar cuatro familias de ginebras según los botánicos que se utilizan: las ginebras secas, las ginebras cítricas, las ginebras especiadas y las ginebras aromáticas (creadas por demanda de consumidores, se dividen en herbales, frutales y florales).
Los pasos más importantes a la hora de preparar un buen Gin&Tonic podríamos resumir en los siguientes según Miguel Ángel Monroy:
– Llenar la copa de hielo. El hielo a ser posible hielo frío.
– Enfriamos la copa con ayuda de la cucharita de mango largo. Para cogerla la colocamos entre los dedos pulgar, índice y corazón dejando que gire libremente a la vez que nosotros giramos la mano para enfriar la copa. Cuanto más frío esté el vaso menos se van las burbujas y más nos durará la copa. Debemos tomarnos el tiempo necesario.
– Se escurre el agua sobrante con ayuda del gusanillo.
– Se añade la ginebra con ayuda del giger (5 cl. Ideal, pero se puede añadir o quitar un cl. En función del gusto o la potencia de la ginebra).
– Se añade la tónica delicadamente con ayuda de la cucharita de mango largo para que no rompa la burbuja.
– Por último se añaden dos botánicos. Aquí también existen unas reglas: no usar más de dos botánicos y nunca dos del mismo. Tampoco se aconseja utilizar botánicos que ya lleven las propias ginebras.
Con estos consejos tenemos asegurado el éxito a la hora de preparar un buen gin&tonic.
Me encantó la introducción histórica del taller haciéndolo participativo. En la práctica fueron explicándonos personalmente el método de preparación, así como el uso de los diferentes elementos que teníamos, muchísimas gracias a todos.
Cada uno de los asistentes preparamos nuestro Gin&Tonic al gusto. Mi opción fue la ginebra Mombassa, la acompañé de tónica Schweppes Original Indian Tonic y le añadí como botánicos una frambuesa y una rodaja de jengibre.
Cada uno de los cuatro que estábamos en la mesa elegimos una tónica diferente (Pimienta rosa, Ginger&Cardamomo, Azahar&Lavanda y la Original Indian Tonic) y lo mismo con los botánicos.
Una experiencia nueva muy constructiva, me encantó compartir esa experiencia con mis compañeros de mesa. Me gustaría agradecer a Beatriz Jiménez Suárez (S & Q Communication) que haya contado conmigo para poder participar, muchísimas gracias.