La Tarta Red Velvet es una de las elabraciones de repostería más famosas del mundo. Su color rojo intenso cautiva a todos los públicos. Es una tarta vistosa y llamativa que no deja indiferente a nadie. Si queréis aprender a hacerla os cuento cómo a continuación.
Origen de la tarta Red Velvet
El origen de la tarta Red Velvet está en Estados Unidos de América aunque también en muy típica de los centros comerciales Eaton’s de Canadá.
Se cuenta que en durante la II Guerra Mundial, en época de racionamiento, cuando el azúcar era escaso se recurría a la remolacha para endulzar los postres. De este modo surgió la tarta Red Velvet de una forma accidental al utilizar la remolacha para hacer el bizcocho.
Hay quien asegura, que el origen de esta tarta está en un conocido hotel de Nueva York, el Hotel Waldorf Astoria, a mediados del s.XX.
Otros indican que la primera mención escrita de la receta del pastel Red Velvet está en la edición de 1943 del libro «Joy of Cooking» de Irma S. Rombauer. Este libro tiene más de 10 millones de copias vendidas. En este libro aparecen algunas de las recetas americanas más conocidas.
La receta de la Red Velvet se hizo muy famosa en la década de 1980 cuando se estrenó la película «Magnolias de acero» (Dir. Herbert Ross, 1989).
Datos importantes de la receta
- Tiempo de preparación: 1 hora
- Dificultad: fácil
- Número de comensales: 12
- Información nutricional: 506 kcal/ración
Ingredientes de la tarta Red Velvet
El bizcocho:
- 360 g de harina de repostería
- 100 g de azúcar
- 125 g de yogur
- 90 ml de aceite de girasol
- 3 huevos M
- 1 cucharadita de cacao 100% puro en polvo
- 1 sobre de impulsor químico (Royal)
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 1 cucharadita de vinagre de manzana
- Colorante rojo pro gel
El frosting:
- 200 g de azúcar glas
- 300 g de queso crema
- 100 g de mantequilla pomada
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
El almíbar:
- 200 g de azúcar
- 200 ml de agua
- 30 ml de ron
Preparación de la tarta Red Velvet
Para hacer el bizcocho precalentamos el horno a 150ºC. Mezclamos en un bol o en un robot de cocina todos ingredientes líquidos. Los mezclamos bien y después se añaden de uno en uno los ingredientes secos. Puede ser de ayuda tener unas varillas si lo hacemos a mano. Si utilizamos un robot de cocina no convine darle mucha potencia para que no le entre demasiado aire a la masa. El colorante se añade al final y se incorpora colorante hasta que la mezcla adquiere un color rojo intenso.
Ponemos la mezcla en un molde desmontable de 20 cm de diámetro y 7-10 cm de altura. Forramos la base para sea más sencillo desmoldarlo una vez horneado. Lo metemos al horno durante 1 hora y vigilamos que la temperatura no suba de 160ºC pues si no el color se puede fastidiar. Cuando termine el tiempo de horneado lo pinchamos con un palillo, si sale limpio el bizcocho estará listo. Lo dejamos templar un poco y desmoldamos con cuidado. Dejamos enfriar sobre una rejilla hasta que esté a temperatura ambiente.
Mientras, preparamos el frosting. En un bol grande añadimos los 200 g de azúcar glas y los 300 g de queso crema. Mezclamos bien con ayuda de unas varillas. Añadimos los 100 g de mantequilla en pomada y la cucharadita de esencia de vainilla. Cuando tenemos una mezcla homogénea metemos el frosting en una manga pastelera y reservamos en la nevera.
Para montar la tarta cortamos el bizcocho y sacamos 4 planchas de bizcocho.Tenemos que tener ojo y mantener lo más recto posible el cuchillo para que las planchas de bizcocho sean de la misma altura. Ponemos de base el ultimo piso que se haya cortado y así sucesivamente hacia arriba. De esta forma, la primera capa de bizcocho será la base del bizcocho que es la que está más plana.
Podemos hidratar cada capa del bizcocho según lo vamos montando con un almíbar aromatizado con ron. No tenemos que pasarnos porque no tiene que chorrear de la base al frosting. Intercalamos capas de bizcocho con capas de frosting (repartir el frosting para que de para las cuatro plantas).
Para terminar en la última capa bizcocho ponemos una fina capa de frosting y decoramos la tarta opcionalmente con algunas frutas rojas. En este caso, frambuesas.
Esta tarta además de vistosa está súper rica. Ideal para una fiesta de cumpleaños o alguna celebración especial. Seguro que los comensales quedan muy sorprendidos por su intenso color rojo y su textura cremosa y esponjosa. Del mismo modo, las frambuesas le aportan a esta tarta un punto de acidez perfecto que contrasta con el dulzor del frosting y del bizcocho.