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FIESTAS DE VALLADOLID: HISTORIA, CULTURA, ARTE Y GASTRONOMÍA

Valladolid, capital de provincias de la Comunidad Autónoma de Castilla-León. Ciudad de historia, de cultura, de arte y de gastronomía

En Valladolid nació Enrique IV (1425), se casaron los Reyes Católicos (1469). En Valladolid nació Felipe II (1527), Felipe IV (1605) y su hermana Ana que reinaría en Francia. En Valladolid vivió Miguel de Cervantes y murió Colón.

Podemos visitar muchísimos lugares en esta ciudad, pero sin duda merece la pena pasear por el Campo Grande, el «pulmón» de Valladolid.

Visitar el estanque de los patos y cisnes mientras nos comemos un barquillo.

Subir a la cascada, pararse a ver la variedad de pájaros de la Pajarera o acercarse a la Faisanera por donde caminan los más bellos pavos reales. Para los más mayores se organizan actuaciones en la Pérgola, donde se colocan terrazas alrededor de la Fuente del Cisne durante los meses de buen tiempo.

Valladolid, una ciudad para disfrutar de la arquitectura y belleza de sus iglesias: su Catedral, de estilo herreriano; la Iglesia de San Pablo y el Convento de San Gregorio, de estilo renacentista; la Iglesia de San Martín, con su torre románica; la Iglesia de Nuestra Señora de La Antigua que, aunque la iglesia actual de estilo gótico isabelino sustituyó a la antigua en el s. XIV, conserva la torre y el pórtico de estilo románico; La Iglesia de San Benito, también de estilo gótico aunque la fachada se construyó más tarde en el s.XVI y posteriormente se derribó la torre superior por su estado de ruina en el s.XIX. Y el poderío de sus palacios, como el Palacio de Pimentel o El Palacio de Santa Cruz.

Valladolid, ciudad de arte. Entre sus museos podemos destacar: el Museo Nacional de Escultura (con las tallas más preciadas de Gregorio Fernández, Juan de Juni y Alonso Berruguete, máximos exponentes del manierismo expresionista y del naturalismo barroco), El Museo de la Ciencia y el Museo de Arte Contemporáneo Español o Museo Patio Herreriano.

Podría contar tantas cosas de Valladolid… ciudad de cultura, con una de las mejores universidades de toda España y de Europa. Ciudad de escritores (como Miguel Delibes, entre otros), de cine (pues se celebra cada año la SEMINCI, Semana Internacional del Cine de Valladolid, donde se entrega la prestigiosa Espiga de Oro), ciudad de artistas (Lola Herrera, a quien vimos representar en uno de sus mejores papeles la novela de «Cinco horas con Mario», magistral interpretación),…

Septiembre. Se acaba el verano y, qué mejor forma de volver a la rutina que disfrutar de las ferias de tu ciudad. Las Fiestas de Nuestra Señora la Virgen de San Lorenzo, patrona de Valladolid (aunque yo las conocí como las Fiestas de San Mateo, hasta que en el año 2000 las cambiaron de fechas y las llamaron así en honor a la Virgen de San Lorenzo, cuya festividad se celebra el día 8 de septiembre).

Durante la Feria de Día podemos disfrutar de los pinchos más ricos en las casetas y bares que participan en ella. La gente disfruta así al aire libre de su cañita y su pinchito mientras te reúnes con los amigos o te encuentras con gente conocida. En Valladolid la gastronomía es muy variada, pero seguro que si nos hablan de Lechazo (de los mejores que he probado yo le sirven en el Restaurante La Solana, en la zona de La Antigua), Sopa Castellana (sopa de ajo), quesos o un buen pan acompañado de una copa de Ribera de Duero, sabemos de qué nos están hablando.

Paseando desde la Plaza de Zorilla a la Plaza Mayor recorremos la Calle de Santiago, zona peatonal donde podemos encontrar las tiendas de las firmas mas conocidas. Llegamos a la Plaza Mayor y contemplamos a nuestro alrededor. Es una bonita plaza semipeatonal (pues por la calle que circulan coches solo pueden ir taxis y autobuses). Descansamos y aprovechamos para tomar un café con leche en el Café del Norte, un mítico café que, desde 1861, ha visto como la ciudad de Valladolid ha ido creciendo y evolucionando y que también se ha ido renovando con los años hasta lo que conocemos hoy.

Modernizado en estética pero con ese recuerdo de lo que el Café del Norte siempre ha sido, un lugar con elegancia y con solera.

Un lugar con un encanto especial, donde tomarte un café y disfrutar de la lectura del periódico en la mañana o disfrutar de su carta en el restaurante y donde poder disfrutar de una copa por la noche.

Dejamos la Plaza Mayor para continuar por la Calle Pasión hasta la Calle de la Caridad (a mano derecha) que nos lleva a la Plaza de Coca. La Tasquita, uno de los sitios que no pueden faltar en tu ruta de pinchos (sus montaditos y tostas son espectáculares).

En la Plaza de Coca (que también es peatonal), podemos encontrar varias casetas durante la Feria de Día. Paramos en La Teja, sus «necoras», o pulguitas de rabas están riquísimas y crujientes. Bajamos la Calle de Correos y hacemos una parada en La Mina, me encantan las setas y también es buen lugar para cenar con los amigos de tablas (son muy variadas).

Muy cerca, justo a la vuelta, en la Calle Jose Antonio Primo de Rivera, encontramos El Ceyjo.

Es un sitio de toda la vida y, aunque lo han reformado recientemente, no podemos dejar de acercarnos a tomar unas de las mejores croquetas caseras de Valladolid.

Eso sí, acompañadas de una copa de Ribera de Duero o una cañita. Durante la Feria de Día tienen la caseta justo en la Calle Correos.

Antes de dejar esta zona nos acercamos a La Sepia, en la Calle Jesús, otro de los lugares de toda la vida donde podemos comernos, como ya su nombre indica, su especialidad, una buena sepia a la plancha con ali-oli.

Nos acercamos hasta la Calle san Benito, donde se encuentran el Mercado del Val (construido en el s. XIX) y la Iglesia de San Benito. En esta zona también se puede disfrutar de las casetas de la Feria de Día. Muy buenas las alubias con almejas de El Postal (los quesos que tienen son espectaculares).

Dejamos esta zona y nos vamos a la zona de la Catedral, donde encontramos el restaurante La Buena Moza, en la Calle Cascajares. Me encantaron los paraguas que tenían en la calle a modo de decoración colgados. Estaban colgados de cables pero de lejos era como si estuvieran suspendidos en el aire.

También disfrutamos del Café Berlín, uno de los lugares más pintorescos (y es que a menudo se muestran diferentes exposiciones de escultores, pintores, fotógrafos…) para tomar un café o una copa después de comer.

En las Fiestas de Nuestra Señora de San Lorenzo podemos disfrutar de otras actividades ociosas a la par de gastronómicas. Las Casetas Regionales, que las colocan todos los años en la explanada del Estadio José Zorrilla. Destacar la Caseta Regional de Cantabria.

Qué decir de su riquísimo cocido montañés y su dulce quesada pasiega.

Junto a ellas, el Real de la Feria, que lo ocupan las atracciones y casetas de ocio. Rematamos y de postre tomamos un vasito de vino cariñena de los maños. Lo mejor de todo, es mojar el barquillo y comerlo empapado en vino.

También podemos participar de diferentes juegos donde puedes llevarte algún que otro premio para casa. Yo este año me llevé un simpático perrito piloto que me hizo mucha ilusión recordándome una vez más a mi infancia.

Espero que el año que viene, me vuelva a tocar.

Aprovechando que el Pisuerga (río) pasa por Valladolid, me despido con una de las mejores vistas de esta ciudad (si no es la mejor). El Río Pisuerga a su paso por Valladolid con la Plaza del Milenio y el Puente de Isabel la Católica.

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